Ni moratorias ni leches.
Japón ha iniciado su temporada ballenera anual, esta vez con el objetivo de cazar 1.000 ejemplares de tres especies, dos de ellas protegidas.
Bajo la manida e intragable excusa de fines científicos, el país nipón vuelve a surcar los mares (incluyendo aguas territoriales de otros países) para hacerse con un inmenso botín que destinará simplemente al consumo humano.
No importa el aluvión de críticas internacionales y el enorme enfado del gobierno australiano (principal protector de ballenas y delfines del mundo). No importa la crisis diplomática que se ha vuelto a abrir entre ambos paises por incluir aguas australianas en las rutas de captura.
Japón insiste en una de sus mayores imágenes negativas.
Un millar de ballenas inocentes, confiadas, que dejarán que los barcos se les acerquen, acabarán despedazadas por puro capricho de los paladares japoneses.
Video principal de la campaña anticaza de ballenas: (copiar y pegar en el navegador)
http://www.youtube.com/watch?v=ilDPtnuQAAI
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