30 julio 2008

CATALUÑA TRANSGÉNICA

La situación de Cataluña frente a los transgénicos es de las peores de España y de Europa.
En esta región se siembra más maíz transgénico que entre todos los demás países de la Unión Europea juntos. Además, todas las carnes producidas en Cataluña, a excepción de las de producción ecológica, son alimentadas CON PIENSOS TRANSGÉNICOS. (no sabía esto, pero la carne aquí siempre me ha sabido muy diferente al resto de España, y me parece mas blanca y espumosa al cocinarla).
La única variedad de maíz autóctona que quedaba en Cataluña se extinguió por causa de la invasión transgénica.
Ninguno de los gobiernos catalanes (CIU, PSC) han hecho nada por detener o aminorar esta dependencia transgénica, a pesar de que existe un movimiento ciudadano que plantea una ley al parlamento catalán para declarar a la región 'libre de transgénicos'. La iniciativa está en internet y cualquiera puede adherirse.

MONSANTO Y SUS PRODUCTOS: EL INFIERNO EN LA TIERRA

(viene del post 'Y LOS TRANSGÉNICOS...')

Pero...¿como hemos llegado hasta aquí?

Pues resulta que en los años 80 una serie de multinacionales agrícolas empezaron a modificar geneticamente semillas y cereales y a patentar cada invento, de forma que ellos controlasen su distribución. Estas empresas son Monsanto, Novartis-Syngenta (también farmacéutica), Dupont, Bayer división científica, Aventis y Dow.
Entre todas destaca Monsanto, porque controla el 91% de las semillas transgénicas de todo el mundo, y realiza una fortísima presión sobre los gobiernos (especialmente de países pobres) para controlar la producción de alimentos y adquirir terrenos con ventaja sobre pequeños agricultores u otros competidores.

A causa de su control y presiones, sus cultivos transgénicos se expanden de forma agresiva por todo el mundo. Monsanto (St Louis, Missouri, Estados Unidos) se presenta a sí misma como un ejemplo medioambiental y la empresa destinada a solucionar los problemas más urgentes de la humanidad. Sin embargo un vistazo a su curriculum pone los pelos de punta.
Monsanto, fundada en 1901 por un químico, empezó fabricando ácido sulfúrico y otros productos altamente contaminantes, y ha estado siempre entre las 10 primeras químicas de E.E.U.U. En 1929 compró la empresa Swan Chemical, fabricante de 'binéfilos policloratos' (PCB), de los que se demostró en los años 60 que eran potentes cancerígenos, y se asociaron a transtornos reproductivos y problemas inmunológicos. Vamos, una auténtica mortaja química que sería prohibida en 1976.

Monsanto se especializó en fabricar pesticidas como el 2-4-5-T, que provocaba en los trabajadores de la fábrica y en los agricultores importantísimos problemas de piel, inexplicables dolores en las extremidades, debilidad, nerviosismo, irritabilidad y pérdida del deseo sexual. Documentos internos demostraron que la empresa sabía que estaban enfermos y a qué se debía, pero mantuvo las pruebas ocultas.

Monsanto envenenó Vietnam.
El herbicida Agente Naranja, utilizado por las tropas estadounidenses para desfoliar la selva vietnamita y dejar al descubierto a los soldados, era una mezcla de potentes herbicidas mezclados procedentes de Dow Chemical y de Monsanto, pero el de éste último había sido reforzado con altísimos niveles de dioxinas para calcinar la vegetación. Por eso Monsanto ha sido el principal acusado en la demanda puesta por veteranos de la guerra del Vietnam, que desarrollaron numerosas enfermedades al quedar expuestos al Agente Naranja.

Aparte de todo esto, el historial de Monsanto es un continuo de procesos judiciales, multas, y escandalosas sentencias que relacionan su actividad y sus productos con numerosos casos de leucemia, cancer, etc. Algunas sanciones de hasta 40 millones de dólares por arrojar productos peligrosos al medio ambiente marcaron un antes y un después en Estados Unidos, poco dado a criticar delitos medioambientales.

En 1995 Monsanto era la quinta empresa de Estados Unidos en el inventario de vertidos peligrosos, con millones de kilos de productos químicos arrojados a la tierra, al aire, al agua y al subsuelo.

Pero Monsanto, esta 'amiga de la naturaleza', también fabrica productos farmacéuticos y no tienen mejor historial que los herbicidas. El producto estrella de Searle, la filial farmacéutica de Monsanto, es el aspartame, un edulcorante artificial vendido comercialmente bajo las marcas Nutrasweet y Equal. Pues bien, en la década de los 80 se confirmó que el aspartame (aún hoy en uso en muchísimos productos alimenticios) podía producir tumores cerebrales y un amplio catálogo de dolencias tales como ataques epilépticos, pérdida de audición y espasmos musculares.

Monsanto también creó una hormona para el crecimiento bovino, partiendo de una proteína vacuna manipulada genéticamente. Tras mucha controversia se autorizó su venta en 1994 y se administró a cientos de miles de terneras del interior norteamericano. El resultado: muchísimos informes de muertes espontáneas entre el ganado, alta incidencia de infecciones en las ubres, problemas metabólicos y de partos, y además, imposibilidad de alejar a las vacas de la sustancia, a la que se habían enganchado. En vez de responder a las cientos de quejas de los ganaderos, Monsanto las silenció y amenazó a pequeñas empresas lecheras de vacas sanas que anunciaban sus productos como 'libres de la hormona artificial'.

Ahora Monsanto se nos presenta como respetuosa con el medioambiente, a pesar de seguir vendiendo semillas genéticamente modificadas y de seguir investigando para tratar de vulnerar en beneficio propio cualquier alimento natural. Le llama biotecnología. Sin embargo su producto estrella sigue siendo un herbicida, que vende en un pack inseparable con las semillas genéticamente modificadas.

Monsanto está detrás, además, de las presiones encubiertas para evitar que se etiquete como transgénico cualquier producto que salga de Estados Unidos con estas características. Los contenedores con soja y maíz transgénicos se embarcan, de este modo, rumbo a Europa sin contener una sola indicación de que han sido manipulados genéticamente y que pueden acarrear efectos secundarios poco estudiados. De esta forma, las empresas alimentarias europeas los compran a bajo precio y sacan mayor rendimiento, llegando sin problemas a las estanterías de nuestros supermercados vulnerando todo control de la estricta Unión Europea.
En Argentina, Monsanto tiene una filial que está sobornando a miles de pequeños agricultores para quedarse con sus tierras de cultivos tradicionales, arrancarlos, y sustituirlos por soja transgénica, algo que tolera abiertamente el gobierno argentino y que está cambiando para siempre muchos ecosistemas, sierras y paisajes.

Con todo esto, son los propios ciudadanos estadounidenses los primeros que han experimentado (sin saberlo) los efectos sobre la salud de los transgénicos, dado que su gobierno ha aceptado sin más los informes parciales de las empresas demostrando la 'inocuidad' de sus productos sobre el ser humano. Escudado en esta inocuidad, el gobierno ha impedido un sistema de etiquetaje que diferencie los productos de origen transgénico de los que no lo son, de forma que el consumidor ni puede elegir ni está informado.
Como les ha ido tan bien, el siguiente objetivo del gobierno yanqui y de sus potentes mafias alimentarias es extender esta política de ocultación en sus productos al resto del planeta. Sin embargo la aparentemente fácil expansión de estos productos se ha encontrado con un obstáculo inesperado: la opinión pública europea, la más formada a nivel mundial en cuanto a peligros de la alimentación. Además los movimientos indígenas y campesinos de muchos países africanos y sudamericanos pretenden frenar, pese a amenazas e incluso asesinatos, la escalada de invasión de los cultivos transgénicos, que ya dominan Argentina, Canadá y otros países de África y Asia.
Pero ahí entra la persuasión norteamericana, ya que su gobierno obliga a los países pobres a aceptar ayuda alimentaria transgénica si quieren obtener medicamentos contra el SIDA.

Actualmente, un puñado de países de la Unión Europea (Francia, Dinamarca, Luxemburgo, Italia, Grecia, Austria y Bélgica) tienen un nivel tan alto de rechazo de los consumidores a los productos transgénicos, que obligaron en 1999 al Consejo de Europa a adoptar una moratoria para conceder nuevos permisos de entrada de transgénicos en Europa. Sin embargo la soja y el maíz ya se habían colado y se siguen importando. Estados Unidos puso una queja formal contra la Unión Europea en la Organización Mundial de Comercio por el portazo que le daban a sus productos transgénicos, argumentando que frenaba el 'libre comercio'. El gobierno Bush también criticó duramente que la UE obligue a indicar en el etiquetado si hay sustancias MG.

La última revisión del Consejo de Europa sobre el tema de los transgénicos, en 2004, acordó entre otras las siguientes cuestiones:
- renovar cada 10 años las autorizaciones ya dadas a los transgénicos (soja y maíz)
- indicar en el etiquetado si un alimento contiene al menos un producto MG (modificado geneticamente)
- indicar en el etiquetado de piensos de consumo animal si llevan componentes MG

Sin embargo, la carne MG o tratada con productos MG no son aún etiquetados.

El gobierno Bush también se encontró con un inesperado rechazo cuando quiso mandar semillas MG a África durante la hambruna de 2002, y muchos países prohibieron su entrada, ya que querían evitar la contaminación de sus bancos de semillas y proteger su biodiversidad. Supieron ser inteligentes y no someterse al chantaje yanqui.

El movimiento antitransgénicos mundial, cada día más extendido y fuerte, persigue la capacidad de decisión sobre la alimentación de cada país, y su soberanía agrícola. Que nadie decida por ellos ni les introduzca elementos externos que nunca han necesitado.
En los últimos años se ha puesto de moda que una región o provincia se declare 'libre de transgénicos', garantizando la salubridad de sus productos y ganando consumidores y turistas. A enero de 2007 ya había en la Unión Europea 172 regiones y 4.500 municipios que se habían declarado 'libres de transgénicos' (en España lo han hecho las regiones de Asturias, País Vasco y Baleares, y las provincias de Palencia y Albacete). El efecto dominó sigue creciendo y otras muchas provincias y regiones están cambiando sus normativas o insistiendo a los agricultores para que cambien sus cultivos transgénicos por otros tradicionales.
Países como Rumania, Hungria o Grecia han prohibido totalmente el cultivo de transgénicos y establecen una vigilancia feroz para prohibirlos, preservando la riqueza histórica de su agricultura.

Y la lucha de los transgénicos, con Estados Unidos como principal defensor y productor, y la Unión Europea como dura atacante y enemiga hostil, continúa.

Y LOS TRANSGÉNICOS DOMINARÁN EL CAMPO ESPAÑOL...

Sorprenden las cifras del suelo español cultivado con maiz transgénico. En 2007, nuestro país tenía 53.667 hectáreas de este producto, lo que convertía a España en el primer productor europeo de maíz adulterado genéticamente.
Si lo comparamos con la cifra del segundo productor, Francia, todavía resulta más escandaloso. Los franceses 'sólo' plantaron 5.000 hectáreas, 10 veces menos, y representa el 1% de todo el maíz sembrado en su país, mientras que en España el transgénico supone ya el 20% del total.
¿Por qué el Ministerio de Agricultura y las consejerías autonómicas permiten esta proliferación de maiz transgénico? ¿que ganamos con esta sumisión a un producto cuyos efectos nocivos sobre la salud aún no han sido bien estudiados?

El maíz transgénico procede de una semilla a la que inocularon un gen que consigue que los granos de maíz desarrollen su propio herbicida, que evita que sean atacados. Una vez recolectado el maíz, en teoría ese herbicida propio desaparece del interior del grano. En teoría. Esa planta genéticamente alterada, creada por Monsanto, se ha considerado 'inocua' durante muchos años pero parece estar generando ya numerosas dudas...ahora que llevamos décadas ingiriendo su maíz.

14 julio 2008

LA ESPECULACIÓN NO SE FRENA CON LA CRISIS

A pesar del parón se siguen buscando suelos urbanizables y se aprueban planes municipales especuladores.
La costa española es la única de Europa que tiene previstas 3 millones de nuevas viviendas y 137 puertos deportivos. INCREÍBLE. No sólo no dejamos de construir, arrasar litoral y encementarlo, sino que encima lo hacemos a lo bestia, no nos frena ni una grave crisis.

Sólo en Cataluña, la mitad de sus kilómetros de litoral están ya urbanizados.
A todo esto se une la contaminación, gravísima en sitios como la bahía de Algeciras (industria) y las rías bajas gallegas (aguas fecales).

Según Greenpeace, estos son los 10 puntos negros del litoral español:

1 - POLO QUÍMICO DE HUELVA (riesgo de catástrofe ambiental severa)
2 - PUERTO DE TARIFA (medirá lo mismo que el centro de la ciudad)
3 - BAHÍA DE ALGECIRAS (severísima contaminación)
4 - DELTA DEL EBRO (contaminación y urbanismo)
5 - OROPESA Y CULLERA (urbanizaciones sobre dominio marítimo)
6 - PUERTO EXTERIOR DE PASAJES, Euskadi (contaminación grave)
7 - RÍA DE VIGO (contaminación fecal severa que afecta a playas y calidad del mejillón)
8 - PUERTO DE VIGO (contaminación severa)
9 - PUERTO DE GRANADILLA, oeste de Tenerife (destrucción total del litoral)
10 - LORCA, Murcia (macrourbanización Marina de Cope)

LOS PUENTES UNEN MÁS DE LO DESEADO


Los socialistas onubenses realizaron en campaña electoral una de tantas promesas desesperadas para cazar votos, y consistía en prometer una serie de puentes para el tráfico rodado y tranvía hacia Punta Umbría.
Hasta ahí, supuestamente necesarios.
Pero lo intolerable del asunto era que el trazado pasaría nada mas y nada menos que por la Reserva de la Biosfera Marismas del Odiel y sobre el yacimiento arqueológico de la ciudad árabe de Saltés.
Algo así, aunque simplemente fuera una promesa electoral nada fiable, era como mear en las heridas de la maltrecha naturaleza y legado histórico onubense.

Pero lo que no deja de parecerme aun más inquietante es el inusitado interés que demuestra ahora el PP onubense en que Chaves cumpla esa promesa y levante los puentes y carriles sobre esta joya de la naturaleza. Simplemente por presionarle políticamente, sin tener en cuenta las consecuencias que traería que decidiera acometer ese proyecto.

Lo del trazado de una linea de tranvía y una autovía por encima de una Reserva de la Biosfera es para poner el grito en el cielo y avisar inmediatamente a la UNESCO, que no se anda con chiquitas y es capaz de retirar títulos con la misma facilidad que los da. Pero ocurre que los directores del Paraje Natural Marismas del Odiel son nombrados a dedo por el PSOE (consejería de Medio Ambiente) y encima, suelen ser cadáveres políticos socialistas (como Díaz Trillo).
Total...que todo queda en casa y por supuesto el director socialista de una reserva de la Biosfera no va a defender el paraje postulándose contra su partido, sino que obedecerá a su partido postulándose contra la naturaleza.

Me dan ganas de arañarme la piel de la impotencia.
Huelva tendrá su caprichoso proyecto de asfalto y raíles sobre paraísos acuáticos y yacimientos árabes.
Hay que informar de esto a la UNESCO ¡¡¡YA!!!

PIDEN QUE CHAVES NO FAVOREZCA EL OLEODUCTO

No suelo copiar noticias sino que las redacto yo mismo, pero esta de mayo me parece interesante, dado que la empresa que levantará la refinería en la sierra de Badajoz es pro-socialista y por tanto tendrá via libre para todo, incluido el oleoducto que atravesará Huelva entera de norte a sur.

Ecologistas en Acción exige al presidente de Andalucia dé "carpetazo" al oleoducto y no se "pliegue a intereses económicos"
ep Sevilla

El portavoz de Ecologistas en Acción, Juan Romero, reclamó hoy al presidente de la Junta de Andalucia, Manuel Chaves, que dé "carpetazo" al proyecto del oleoducto que conectaría el puerto de Huelva con la futura Refinería Balboa, que se ubicará en el municipio de Los Santos de Maimona (Badajoz), y "no se pliegue a los intereses económicos" del Grupo Alfonso Gallardo.

Romero declaró a Europa Press que Chaves debería comparecer de manera inmediata en el Parlamento andaluz para dejar clara una "postura determinante" en contra de la instalación de ese oleoducto en la provincia de Huelva, que la atravesaría de norte a sur a través de 200 kilómetros. "Tiene que dar carpetazo a ese proyecto y apostar claramente por las energías renovables", señaló Romero, quien apuntó que un proyecto de instalación de una petroquímica es "obsoleto y caduco" en un momento en que el ciclo del petróleo está "acabando".
Lamentó que la política del Gobierno de Manuel Chaves esté "supeditada a los proyectos del Grupo Gallardo", en lugar de dejar clara su apuesta por las energías renovables. Agregó que el oleoducto que está encima de la mesa afectaría a nueve espacios protegidos en la provincia de Huelva, aparte del riesgo de accidentes que siempre hay ante una construcción de esta magnitud.

"Manuel Chaves tiene que gobernar independientemente de los intereses económicos del Grupo Gallardo y hacer prevalecer el principio de la legalidad ambiental, que si se aplicara tajantemente, el oleoducto no se podía construir bajo ningún concepto". para Juan Romero, el Grupo Gallardo no se caracteriza precisamente por el "respeto a la legislación medioambiental".

Tras indicar que Ecologistas en Acción prevé una campaña de movilizaciones en contra del oleoducto, el portavoz de esta organización hizo referencia también al "espíritu contradictorio de la consejera de Medio Ambiente, Cinta Castillo, que sabía que había un documento interno de la Junta que hablaba de las barbaridades ambientales que suponía ese oleoducto y no lo reconoció durante su reciente comparecencia en el Parlamento, jugando a una política oscura".