Sorprenden las cifras del suelo español cultivado con maiz transgénico. En 2007, nuestro país tenía 53.667 hectáreas de este producto, lo que convertía a España en el primer productor europeo de maíz adulterado genéticamente.
Si lo comparamos con la cifra del segundo productor, Francia, todavía resulta más escandaloso. Los franceses 'sólo' plantaron 5.000 hectáreas, 10 veces menos, y representa el 1% de todo el maíz sembrado en su país, mientras que en España el transgénico supone ya el 20% del total.
¿Por qué el Ministerio de Agricultura y las consejerías autonómicas permiten esta proliferación de maiz transgénico? ¿que ganamos con esta sumisión a un producto cuyos efectos nocivos sobre la salud aún no han sido bien estudiados?
El maíz transgénico procede de una semilla a la que inocularon un gen que consigue que los granos de maíz desarrollen su propio herbicida, que evita que sean atacados. Una vez recolectado el maíz, en teoría ese herbicida propio desaparece del interior del grano. En teoría. Esa planta genéticamente alterada, creada por Monsanto, se ha considerado 'inocua' durante muchos años pero parece estar generando ya numerosas dudas...ahora que llevamos décadas ingiriendo su maíz.
30 julio 2008
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