15 septiembre 2009

LA FALACIA DE LOS CARGADORES DE MÓVIL

A día de hoy, al menos la mitad de hogares del mundo cuenta con un par de cargadores, ya sean de teléfono móvil, de inalámbrico, de videocámara o de cualquier aparato portátil. Y por desgracia, muchísima gente los deja enchufados sin tener el dispositivo recargando.
Cada cargador pierde un tercio de la energía que toma de la línea eléctrica, y esta falta de eficiencia va aumentando cuantas más veces lo usamos.
¿Por qué pierden energía? pues porque son cargadores de bajo coste, dado que las grandes marcas los hacen así para no encarecer el precio final del terminal.

En Estados Unidos, donde cada casa cuenta al menos con entre 5 y 10 cargadores, el consumo de éstos supondrá en 2010 el 30% del gasto energético familiar. Esto es algo preocupante si tenemos en cuenta que muchos de estos cargadores se dejan enchufados día y noche sin necesidad, por lo que estamos no sólo derrochando la energía mundial sino inflando nuestra factura eléctrica y emitiendo más co2 a la atmósfera. Fuentes de la Agencia de Protección Medioambiental estadounidense señalan que si ahora mismo se reemplazasen todos los cargadores de su país por otros más eficaces, el ahorro en energía y contaminación sería similar a retirar 800.000 coches de la circulación.

La propia Unión Europea recomienda en sus directrices que se busquen cargadores más eficaces, algo de lo que poca gente tiene conocimiento.

China ya impone un cargador universal vía USB para todos los móviles, que en 2007 ya sumaban nada menos que 460 millones de unidades en el país. Y quiere extender su uso a otros dispositivos que requieren de cargador, como mp3, consolas, cámaras de fotos...

En la era electrónica y de desechos industriales, el objetivo primero no debería ser el beneficio a toda costa, sino el ahorro y la compra inteligente.

BARCELONA VA DÁNDOLE LA ESPALDA AL COCHE

Bien es sabido, dado que muchas veces lo he comentado, que Barcelona es una ciudad donde los coches y las motos tienen vía libre y todas las facilidades del mundo para circular y estacionar donde quieran.
Calles como Aragón, Numancia, Valencia, Diagonal o Paralelo son auténticas autopistas de hasta 8 carriles por donde los vehículos circulan a toda velocidad cuando los semáforos lo permiten. En Diagonal y Aragón los niveles de contaminación atmosférica son tales que hacen desagradable pasear por ellas.
Las entradas a la ciudad tampoco tienen ningún tipo de restricción al tráfico, como sí ocurre en Madrid o Londres, con lo que miles de vehículos entran y salen de ella con un único ocupante. Esto debería estar ya penalizado en cualquier urbe de mas de 500.000 habitantes.

Mientras esperamos siglos a que el ayuntamiento tome estas medidas, lo que sí es visible es el aumento constante de carriles bici en la ciudad (ya rondan los 200kms), la reducción constante de aparcamientos en favor de las estaciones de Bicing, y cómo en cada reforma de calles se van estrechando las calzadas, suprimiendo aparcamientos y ganando espacio para el peatón.
Además el número de usuarios del sistema de alquiler de bicis, Bicing, supera los 150.000, ha aumentado el número de personas que se desplaza a diario en bicicleta particular, y los desplazamientos a pie son cada vez mas frecuentes.
Es un pequeño comienzo, un triunfo, en el gran objetivo que tiene esta ciudad por delante: expulsar al rey de las calles (el coche) y devolvérsela al ciudadano.