15 septiembre 2009

BARCELONA VA DÁNDOLE LA ESPALDA AL COCHE

Bien es sabido, dado que muchas veces lo he comentado, que Barcelona es una ciudad donde los coches y las motos tienen vía libre y todas las facilidades del mundo para circular y estacionar donde quieran.
Calles como Aragón, Numancia, Valencia, Diagonal o Paralelo son auténticas autopistas de hasta 8 carriles por donde los vehículos circulan a toda velocidad cuando los semáforos lo permiten. En Diagonal y Aragón los niveles de contaminación atmosférica son tales que hacen desagradable pasear por ellas.
Las entradas a la ciudad tampoco tienen ningún tipo de restricción al tráfico, como sí ocurre en Madrid o Londres, con lo que miles de vehículos entran y salen de ella con un único ocupante. Esto debería estar ya penalizado en cualquier urbe de mas de 500.000 habitantes.

Mientras esperamos siglos a que el ayuntamiento tome estas medidas, lo que sí es visible es el aumento constante de carriles bici en la ciudad (ya rondan los 200kms), la reducción constante de aparcamientos en favor de las estaciones de Bicing, y cómo en cada reforma de calles se van estrechando las calzadas, suprimiendo aparcamientos y ganando espacio para el peatón.
Además el número de usuarios del sistema de alquiler de bicis, Bicing, supera los 150.000, ha aumentado el número de personas que se desplaza a diario en bicicleta particular, y los desplazamientos a pie son cada vez mas frecuentes.
Es un pequeño comienzo, un triunfo, en el gran objetivo que tiene esta ciudad por delante: expulsar al rey de las calles (el coche) y devolvérsela al ciudadano.

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