Está muy de moda decir que uno recicla, pero la mayoría de la gente (sobretodo en ciudades menores de 400.000 habitantes) sigue sin hacerlo o recicla mal.
Los propios responsables de las plantas de reciclaje afirman que es mucho peor reciclar mal que no hacerlo, dado que si ponemos envases equivocados donde no corresponde estamos haciendo perder tiempo, dinero y energía a las plantas de clasificación y reciclaje.
Los principales problemas son la falta de información y de recursos. De información porque en nuestro país no hay en televisión una 'publicidad institucional' (es decir, anuncios del Estado) donde se recuerde a la gente cómo debe reciclar. Y de recursos porque ni siquiera un 25% de la población tiene a su alcance los 4 o 5 contenedores diferentes donde separar sus residuos. Ayuntamientos y entidades metropolitanas tienen otras prioridades antes que invertir en contenedores, algo que no genera votos en las urnas (el asfaltado de una calle o la creación de un parque, sí).
La cultura del reciclaje nos ha llegado tarde a los españoles de a pie, pero mucho mas tarde a las instituciones que deberían hacernos fácil la tarea.
De todas formas se avanza: en 2004 se reciclaba tan sólo el 41% del vidrio mientras que en 2007 ya se acercaba al 60%. El contenedor del vidrio fue el primero de reciclaje que apareció en nuestro país, pero aun así hay millones de personas que siguen sin tener uno a su alcance.
Los plásticos son los materiales más difíciles y costosos de reciclar, y los que menos ponemos en su contenedor apropiado: ni siquiera el 20% llego a reciclarse en 2007.
Es necesaria una conciencia de que reciclar ayuda a ahorrar agua, materias primas, evitar talar árboles y ahorra millones de toneladas de co2 a la atmósfera. Reciclar bien es esencial en la lucha contra el cambio climático.
Ejemplos de mala o nula conciencia, según publica El País, son por ejemplo la región de Murcia, donde con el doble de habitantes que Navarra se recicla menos de la mitad que en aquella, o Andalucía, donde con un millón de habitantes más que Cataluña se recicla una tercera parte de lo que hacen los catalanes.
En Barcelona, donde resido, al menos en la mitad de la ciudad se encuentran fácilmente grupos de contenedores de reciclaje. La gente, según lo que veo, recicla muchísimo el cristal, el papel y cartón, y los envases, dado que estos contenedores siempre están saturados y a veces se recogen dos veces al día. La orgánica se deposita en otros de tapa anaranjada, pero al estar muchos de ellos lejos de los demás, acaban ahí la mayoría de residuos.
El problema principal en las ciudades es que no se agrupan todos los contenedores en un mismo sitio, y la gente lo tira todo al que está mas cerca. Lo ideal sería que allá donde haya un contenedor, estén los de diferentes categorías. Recuerdo que en mi ciudad natal (Punta Umbría, Huelva, 15.000 habitantes) pusieron un único contenedor de vidrio para todo el centro de la ciudad, ubicado junto a un bosque detrás de unas cuestas. Lógicamente nadie recicla el vidrio porque ni conocen el contenedor ni quieren subir hasta allí. Y no hablemos ya de los de papel y envases, prácticamente inexistentes.
Vuelvo a Barcelona para comentar que en mi ciudad actual la nueva contrata de limpieza va a renovar toda la flota de contenedores antes de marzo y los va a sustituir por grupos de 5 idénticos con la diferencia del color de la tapa: el de envases (amarillo), el de vidrio (verde), el de papel (azul), el de orgánica (marrón) y el de 'rechazo' (gris, para todo aquello que no se pueda reciclar en los anteriores).
Aun así, si persiste la rotulación de los mismos únicamente en catalán y la falta de información, la mitad de la ciudad seguirá tirando todo al de color gris.
Proximamente crearé una entrada llamada 'RECICLAR BIEN' donde voy a intentar ayudaros con toda la información posible de qué debe ir a tal contenedor o a tal otro.
Intentemos, ya desde casa, ayudar al medio ambiente y a nosotros mismos.
Y si no tenemos los 5 contenedores de reciclaje a mano, escribamos un mail a nuestro ayuntamiento o a la empresa encargada de la limpieza, y por supuesto, a los periódicos, porque eso sí que hace mucha pupa.
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