09 agosto 2006

GRAVES ESCAPES EN ACERINOX


Ecologistas en Acción ha denunciado ante la Delegación de Medio Ambiente unos episodios de contaminación grave que afectan a la factoría de Acerinox, en el Campo de Gibraltar. Según los ecologistas, desde hace unos días se han podido apreciar grandes humaredas de colores rojizo y amarillento emanando por el tejado de la acería, situado en la barriada costera de Palmones (Los Barrios). Afirman que se trata, con toda seguridad, de metales pesados en suspensión, y que los propios trabajadores de la fábrica están respirando inconscientemente.

La fábrica de Acerinox, dedicada a la fundición de acero y al reciclaje de otros metales, es una de las más polémicas de Andalucía. Hasta su construcción en Los Barrios generó una ola de protestas en toda Andalucía por su posible ubicación. Todavía pueden leerse pintadas en muchas carreteras de Huelva con el lema "Chaves, acerías a tus palacios", ya que a punto estuvo de ubicarla en el Andévalo.
La factoría envía regularmente desechos metálicos al vertedero de residuos tóxicos de Nerva (Huelva), donde los ecologistas también denuncian la entrada de chatarra metálica impregnada de radiación procedente de Acerinox.
Precisamente Verdemar-Ecologistas en Acción del Campo de Gibraltar ha denunciado repetidamente sucesos de contaminación en Acerinox, siendo el más grave (conocido) el de 1998, cuando se fundió metal que contenía una fuente de radiación, el Cs-137, que no detectaron los pórticos de medición de radiactividad previos a la entrada del metal en la factoría. Sometiendo a un elemento radiactivo a altísimas temperaturas se puso en peligro a los trabajadores y a toda la comarca.

El CS-137 es un emisor de gamma, el tipo de radiactividad más peligrosa, y es extremadamente volátil, por lo que se dispersa rápidamente y la contaminación se puede extender con facilidad. Se fundió una fuente de unos 100 Curios, lo que hizo que fuese uno de los sucesos radiactivos más graves de la historia radiológica española.
En 2001 otro escape de Cesio 137 hizo que el metal fundido aumentase súbitamente de tamaño y rebasase su contenedor, cayendo a la sala de trabajo.
En 2003 se localizó a tiempo una fuente de Americio 241 entre la chatarra descargada en sus instalaciones.
Las acerías no piden un certificado de procedencia de la chatarra que procesan, por lo que episodios como este vuelven a repetirse, y lo peor, los desechos radiactivos ya fundidos nos los traen a Nerva, y en camiones que atraviesan núcleos urbanos.
Otro triste ejemplo de la realidad, de cómo se patea el medio ambiente y la salud en Andalucía.

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