Sin nocturnidad ni secretismo empezó hace un par de semanas el traslado de los residuos de uranio de la central nuclear de Zorita, en Guadalajara.
El cierre de esta central, la más antigua de España y que estuvo 38 años en funcionamiento, tuvo lugar en abril de 2006, y ahora llega el proceso necesario de desmantelación, para el cual es necesario trasladar primero su basura nuclear.
Los residuos son enviados a un almacén temporal, a 200 metros de la central, envueltos en varios contenedores de acero y hormigón de hasta un metro de espesor. Este almacén ha costado 6 millones de euros, y es una solución al polémico proyecto de crear un cementerio nuclear en España, momentáneamente parado por el revuelo formado.
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