Pese a que nos pueda parecer que lo utilizamos mucho, nuestro país sigue a la cola de Europa en el uso del transporte público.
Mientras que en el resto del continente los ciudadanos echan mano del metro, bus, trenes y tranvías para acudir al trabajo o al centro de las ciudades, los españoles seguimos emperrados en llegar con el coche a cualquier sitio, incluso por difícil que resulte aparcar.
Según el Observatorio de Movilidad Metropolitana, nuestro país debería mejorar mucho en este aspecto. A pesar de todo, Madrid gana por goleada al resto de grandes ciudades de Europa en porcentaje de uso de los transportes. Un 63,5% de los madrileños usa este medio para desplazarse por la ciudad, frente al 39,2% de Londres o el 41% de Berlín.
En España el 40% de los viajes realizados dentro de Madrid fueron en transporte público, mientras que en Zaragoza fueron el 31%, el 29% en Zaragoza y tan sólo el 19% en Sevilla.
Todavía nos queda mucho camino hasta lograr desplazar al coche como primera elección para movernos por la ciudad.
Las ampliaciones de metro en algunas ciudades (y su nacimiento en Sevilla, Málaga y Granada), así como la multiplicación de tranvías, intentan favorecer el cambio.
Estamos lejos aún de iniciativas como la del ayuntamiento de Bruselas, en el que las empresas que facilitan autobuses a sus empleados tienen descuentos fiscales.
En Cataluña se trata de poner mas énfasis, aminorando la velocidad del tráfico a su paso por las afueras de Barcelona, y creando líneas directas de autobús que la unan con 20 ciudades medianas de la región.
Mientras tanto, ya hay grandes ciudades europeas que han restringido el tráfico de vehículos privados en su centro; Londres incluso lo penaliza con 11 euros por acceso y día, por lo que el tráfico ha caído un 30% y el aire ha mejorado.
En Berlín un área de 88kms2 está vetada a los coches más contaminantes, y en Milán quienes conducen este tipo de automóviles pagan una tasa diaria.
En total, más de 80 ciudades europeas ponen restricciones.
Ninguna es española.
Sin embargo muchas ciudades españolas han optado por peatonalizar sus centros para lograr un ambiente mas amable para el peatón. Entre las que se llevan la palma figuran Huelva o San Sebastián. En ambas se han peatonalizado más de 50 calles en los últimos años. También se han extendido las 'zonas 30' o de pacificación, que proliferan por Barcelona y limitan la velocidad y los aparcamientos, ganando tranquilidad para el peatón.
Otra alternativa que despunta es la bici. La pionera fue Córdoba, y le han seguido entre otras Barcelona, Valencia y Sevilla. En la capital catalana el éxito del Bicing ha desbordado las mejores expectativas. 180.000 barceloneses están abonados al servicio, y hay ya estaciones de bicicletas casi en cada esquina.
El tranvía, desaparecido del mapa de transportes nacional hace décadas, ha vuelto a resurgir con fuerza, mucho mas moderno y ecológico, en un puñado de ciudades. Más silencioso que el autobús y sin contaminación directa, su uso está de moda. Ya disponen de él en Valencia, Bilbao, Alicante, Barcelona, Vélez-Málaga, Santa Cruz de Tenerife, La Coruña, Sevilla, Murcia, Parla, Madrid y Vitoria. Otra media docena de ciudades lo tiene en proyecto.
Pero se trata de proyectos aislados y seguimos sin disponer una ley de movilidad nacional que obligue a las ciudades a castigar el uso del coche.
10 febrero 2009
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