Cuánta felicidad la mía cuando vi que un juez, ole su valentía, encontraba indicios de prevaricación en la Junta de Andalucía por las licencias e informes medioambientales del hotel Algarrobico (si, aquel situado en una montaña arrasada para tal fin, en primera linea de playa junto a Cabo de Gata).
Cuánta felicidad la de ver cómo estos señores del partido choricero, que se creen intocables, son mencionados por un juez como presuntos delincuentes.
El juez declaró nula la licencia municipal que se había concedido a este engendro, la monstruosidad más grande que se ha levantado jamás en la costa andaluza.
Y el juez vió además en las actitudes de la Junta y del ayuntamiento de Carboneros actitudes constitutivas de delitos de prevaricación y contra la ordenación del territorio.
Lejos de avergonzarse, de pedir perdón a los andaluces, de dimitir o de tomar cualquier medida, la consigna de Chaves y compañía fue la de seguir negando cualquier responsabilidad, aun cuando toda Andalucía sabe ya que tienen las manos metidas de lleno.
Chaves llegó a decir incluso que el fallo del juez daba la razón a la Junta, por lo que o bien no entiende el lenguaje judicial, o está muy mal asesorado. Diversas asociaciones en defensa del litoral han pedido la dimisión tanto de la consejera de medio Ambiente, Cinta Castillo, como la del propio Chaves, 'por dignidad política'.
Lamentablemente no tienen ninguna...y no dimitirán, por gigante que les haya salido el escándalo.
06 diciembre 2008
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