Estamos entrando en una crisis de petróleo de la que no sabemos su duración, ni su fin ni las consecuencias.
Más de 1 euro cuesta ya el litro de combustible, mientras que otras opciones como el biocombustible, el Sol Fuerza inventado por un señor de Valladolid o el hidrógeno siguen sin ser potenciadas por los gobiernos.
Las consecuencias siguen siendo claras, al menos en Europa:
se multiplican las térmicas y se planean nuevas nucleares.
Nada de energías renovables...
nada de que todas las construcciones deban incluir obligatoriamente placas solares para calentar el agua, nada de aprovechar (como en Japón) la fuerza de las mareas o de los ríos para generar electricidad.
Nada...aquí los gobiernos son esclavos del petróleo y cuando decidan encontrar otras energías ya será tarde.
El petróleo es una fuente agotable...y nadie se hace a la idea de qué ocurriría si de repente bajase la producción o se agotasen los pozos.
¿Como irías a trabajar?
¿que ambulancia te llevaría a urgencias en caso grave?
¿como llegarían los alimentos a tu tienda habitual?
¿saldrían remando los barcos a la mar?
¿como acudirían a estudiar los universitarios lejanos a las ciudades?
Imaginarse un mundo sin petróleo no es ciencia ficción, es muy posible, y las consecuencias serían catastróficas:
falta de alimentos,
dificultades para acceder a tu trabajo,
la gente no llegaría a los hospitales,
las lonjas cerrarían por falta de pescado,
cerrarían supermercados, hiper, mercado, farmacias, estancos, quioscos...
irían al paro taxistas, conductores, marineros y miles de personas mas.
Ante esto, se aceleraría la construcción de centrales nucleares pero ya no habría manera de transportar los materiales para hacerlas.
Las viviendas en construcción se paralizarían y los robos en campos y granjas se harían a gran escala.
La pobreza se instalaría y todo porque nos hemos esclavizado a un combustible agotable.
Ese es el crudo (nunca mejor dicho) futuro que nos espera gracias a nuestros gobiernos.
