Dramática noticia la que hemos conocido en Andalucía. Uno de nuestros ríos, el malagueño-gaditano Guadiaro, se ha secado por completo en su tramo sur.
Hace unas semanas ya protagonizó los informativos cuando quedó reducido a unas charcas en las que se asfixiaban miles de peces. Al final murieron miles y miles de ellos, que tuvieron que ser retirados enmedio de un olor putrefacto.
Ahora las pozas se han secado y el río sólo lleva un mínimo caudal en su tramo alto, insuficiente para que llegue hasta el mar...se seca antes de llegar.
La vegetación de ribera que a él asomaba empieza a secarse.
Si la sequía ha tenido esta terrible consecuencia con el río Guadiaro, más preocupantes son sus efectos hacia el Parque Nacional de Doñana, el más valioso del país.
Doñana padece la peor sequía de su historia. Desde septiembre de 2004 han caido 177 litros/m2 en él, la mayoría en el otoño de 2004, cuando la media de un año hidrológico es de 645'8.
Con todo esto y el historial pluviométrico en la mano, son los peores datos de lluvias registrados en el parque desde 1873.
El nivel de las marismas y caños ha descendido notablemente, y puede apreciarse en El Rocío, donde el agua se ha retirado docenas de metros de su alcance habitual. Muchas lagunas interiores se han secado por completo y el número de aves que han acudido este año a Doñana se ha reducido de manera muy importante, especialmente desde la primavera.
Si no llueve en los próximos dos meses, la situación puede calificarse de catastrófica.
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