Si no reduce su contaminación, la ciudad del modernismo tendrá que pagar un alto coste.
Esto es lo que argumenta la Unión Europea, que viene a reconocer lo que muchos periódicos ya habían denunciado: Barcelona es una de las ciudades más contaminadas del planeta.
El motivo es bastante evidente, lo veo a diario: los coches campan a sus anchas sin ningún tipo de restricción. Algunas calles, como Aragón, Gran Vía o Diagonal, son auténticas autopistas por las que no dejan de pasar miles de coches a la hora.
Una de las cosas que más me irrita es cuando llego a la Diagonal a la altura de mi trabajo, en metro, y esperando pasar en un semáforo, observo cientos de coches desfilando con un único ocupante en cada uno, el conductor.
Cientos de gilipollas contaminando por no usar el transporte público.
Volviendo a la noticia, la ciudad ha vuelto a superar en 2008 los límites legales de contaminación. Desde que en 1996 se establecieran los límites de polución urbana en Europa, Barcelona los ha rebasado todos los años.
Y lo más vergonzoso es que tanto ayuntamiento como Generalitat se han proclamado durante años como abanderados del ecologismo, con lo que este tirón de orejas les debería provocar sonrojo.
Únicamente aprobaron medidas tímidas, como la reducción de velocidad en los accesos a la ciudad (y no dentro), un pobre fomento del transporte público y la creación del Bicing. El tráfico sigue exactamente igual.
Tampoco ayuda el tipo de tráfico. Las motos son más contaminantes que los coches, y mientras Madrid tiene un 8% de motos, Barcelona (gracias a una estúpida moda) tiene un 26% y subiendo. Solamente Nápoles o Roma tienen mas motos que la ciudad condal.
Barcelona es la octava ciudad más contaminada del planeta, y sólo es necesario echar el siguiente vistazo para hacerse una idea:
Por distritos, Sants y Gracia son los más contaminados. La normativa establece que no se pueden sobrepasar los 50 microgramos de partículas en más de 35 días al año, y Sants los rebasó ya más de 20 veces en los últimos 3 meses.
Y todo a pesar de que las estaciones de medición en Barcelona están, curiosamente, ubicadas en parques o rodeadas de verde, lo que maquilla todavía más los resultados. ¿Que pasaría si se ubicase una en la calle Aragón? probablemente reventarían los aparatos de medición de co2.
09 enero 2009
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