
La contaminación por sustancias farmacológicas en el río Llobregat llega a semejantes cotas, que va acabando con su ya escasa biodiversidad.
Así lo asegura un informe científico, que ha encontrado en sus aguas grandes cantidades residuales de antiinflamatorios, analgésicos y otros fármacos, procedentes tal vez de las industrias del ramo en Barcelona.